miércoles. 24.04.2024
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Un vibrante paseo en barco con destino al Domingo de Ramos

Juan Carlos Torrejón capitanea un navío que partió desde las Aguas de San Felipe Neri y finalizó su singladura en "su iglesia de Santiago"

No hay mejor manera de anunciar la Semana Santa en una ciudad como Cádiz que hacerlo a través de un paseo en barco. Así lo entendió el pregonero, Juan Carlos Torrejón, que capitaneó un navío desde las Aguas de San Felipe Neri y finalizó su singladura en "su iglesia de Santiago".

Fue una alocución en la que no faltaron referencias a sus grandes devociones, centradas en las hermandades de la Piedad o la archicofradía de Palma. También hubo abrazos cariñosos para el colectivo de cargadores con el que se encuentra muy unido, para la caridad, la acción social o la formación.

Tras anunciar el hilo conductor de su pregón con una brillante tanda de versos, saludar a las autoridades religiosas, civiles y municipales (entre ellas el alcalde de Cádiz, José María González), Torrejón quiso tener un especial agradecimiento para toda esa gente que, de una u otra forma, han contribuido para que pudiera cumplir sueño, entre ellos, el presidente del Consejo Local de Hermandades, Juan Carlos Jurado, Francisco Moscoso, Jesús Devesa (pregonero esta misma mañana en Puerto Real) o su presentador Juan Mera.

Como no podía ser de otra forma el prólogo de la singladura estuvo protagonizado por la Patrona de Cádiz y del propio Consejo, la Virgen del Rosario, recordando las efemérides vividas en 2017, así como el 750 aniversario de la diócesis de Cádiz. "La Pasión por el mar según Cádiz" comenzaba a tomar forma.

Previamente a iniciar la travesía, un emotivo recuerdo para todos esos cofrades que ya se marcharon, entre ellos José Luis Ibáñez, Pablo Chaves, Manolo Garrido, Manolo Montero, Emilio López, José María Verdía, Carlos Noguera o Isidro Sánchez Brun. E igualmente para los que siguen aportando mucho y bien a las cofradías como es el caso de Pedro Reynoso o Manuel Fernández Aldón, entre otros.

El ancla se detuvo por primera vez en extramuros, concretamente en la iglesia de San Felipe Neri con la hermandad de las Aguas. Desde ahí avanzó hacia Salesianos con la cofradía del Despojado, a San José con la de la Paz y a San Severiano con la del Huerto. Entre amarra y amarra, un sentido poema a la Virgen del Amparo con recuerdo especial para Paco Aguirre.

Tras atravesar las Puertas de Tierra con los cofrades del Jueves Santo, la siguiente parada la fijó en Santo Domingo, pasaje que aprovechó para destacar la importancia de participar en la eucaristía que escenifica la Sagrada Cena y con poema y guiño incluido para las trabajadoras de la antigua Fábrica de Tabacos, siempre ligadas a la Virgen de la Esperanza.

El recorrido fue surcando el centro histórico y llegó hasta San Agustín, un instante que sirvió para realzar la calidad artística de las imágenes de Humildad y Paciencia y Buena Muerte, con incorporación del piano incluida. Esta nueva escala concluyó con el "silencio austero" que siempre envuelve a la estación de penitencia de la hermandad del Caminito desde la calle Isabel La Católica.

Las emociones comenzaban a brotar y mucho más tras acercarse a su barrio de La Viña. En este escenario, el pregonero recordó su infancia "en la calle Paraguay, Trinidad, Rosa o Plaza Pinto". Los versos al Cristo de la Misericordia precedieron a la petición al obispo, Rafael Zornoza, de la coronación de la Virgen de las Penas, porque "ella se lo merece y lo espera todo Cádiz".

A la hora de llegar a Santa Catalina tuvo una sentidas palabras para el que fuera capataz de la Expiración, Francisco Vázquez, fallecido en las pasadas fiestas navideñas. El mundo de la carga, al que siempre ha estado tan ligado, comenzaba a aparecer y lo haría con toda la pasión al arribar en San Lorenzo con la hermandad de Las Penas. El cariño de Torrejón hacia sus compañeros y hacia la archicofradía quedó patente con los hermosos versos dedicados a la Virgen de la Caridad.

La caridad siguió estando muy presente en su itinerario y la centró en las hermandades de Vera-Cruz, Sanidad, Columna y Perdón. Lógicamente, la ausencia de la cofradía de Santa Cruz en la calle en 2017 tuvo el correspondiente hueco en su alocución definiendo a la imagen titular como "el Cristo de la Madrugá de Cádiz"

Y como en todo pregón de Semana Santa que se precie, uno de los momentos cumbres lo protagonizó el Nazareno de Santa María, "el Cristo de las acciones sociales, la esencia más pura de Cádiz", como destacó Torrejón.

Posteriormente, el rumbo se desvió hacia San Francisco con la hermandad del Nazareno del Amor y San Lorenzo con Descendimiento, Servitas y Afligidos, símbolo de esa calle de la amargura gaditana para la que no faltaron algunos de los versos del pregón.

Torrejón quiso situar la formación rescatando la labor que desempeñan Siete Palabras, Jesús Caído o Sentencia. Prendimiento, Medinaceli y Ecce Homo anticiparían a la nostalgia que envuelve al Santo Entierro en la tarde del Sábado Santo.

El epílogo, lógicamente, con su cofradía de Piedad. Fue cuando el pregón se volvió más intimista, cuando la hora y media de singladura alcanzó sus cotas más personales, cuando desde "su iglesia de Santiago", Torrejón situó sus miradas y sus ilusiones en el venidero Domingo de Ramos.

Broche de oro y emoción para un acto, presentado por Juan Manzorro, y que arrancó con el tradicional rezo del Ángelus por parte del obispo, Rafael Zornoza, la interpretación de las marchas 'Piedad', 'Soleá dame la mano' y 'Saeta gaditana', por la Filarmónica de Conil, y la presentación de un Juan Mera que, sin duda, conocía mucho y bien a un pregonero que anticipó todo lo bueno que está por venir.

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Un vibrante paseo en barco con destino al Domingo de Ramos